Siempre he admirado a los periodistas de periódicos como EL PAÍS, que según la rosa de los vientos escriben y escriben utilizando palabras y expresiones que en realidad significan lo contrario a lo que cualquier persona con dos dedos de frente pensaría. Pero ellos siguen vendiendo y estando ahí. Y eso es admirable. 

Un ejemplo es la portada de hoy, en la que me he permitido el lujo de cambiar 4 palabras de los titulares para que nos enteremos todos de que va la historia. Porque escribir por escribir, es más o menos lo que estoy haciendo yo ahora mismo.

La visión maquillada que da EL PAÍS sobre las noticias:

   La visión de los hechos con la que identificamos muchísimos españoles con mirada crítica, detrás de esas palabras maquilladas (y que un periódico independiente debería dar) son las de la imagen siguiente. Pero claro, independiente en este mundo, hay pocas cosas, y crítico, todavía menos. Las líneas editoriales las marcan los accionistas y los holdings o fondos que poseen el dominio de estas líneas editoriales. Suerte que no soy periodista, porque sería muy triste transformarme en un actor secundario cada vez que escribo algo.